Toda persona que pase por Avenida 66, número 530, de la ciudad de La Plata, podrá detener su marcha en una casona modesta, antigua, que tiene en su frente una figura imponente que moviliza y no deja a nadie indiferente a pesar de la apurada vida en las ciudades. Es que esa imagen tiene, como sus versos, una fuerza que inquieta. Así la estampa y las letras del poeta Pedro Bonifacio Palacios, más conocido como Almafuerte.
El día 13 de mayo de 1854 nació quien dejara una reconocida obra poética, y en su memoria , se conmemora el día del escritor bonaerense (Decl. D/1658/9 7-98) con el propósito de “sensibilizar acerca del rol social y cultural que desempeñan los escritores como generadores de ideas y pensamientos”.
En esa casa, construida en 1885 y hoy declarada Monumento Histórico Nacional, el poeta vivió sus últimos diez años, hasta que murió, el 28 de febrero de 1917. Actualmente es un museo que custodia los objetos personales, muebles, fotografías, esculturas, dibujos, pinturas, libros y manuscritos de Almafuerte.
Entre sus libros destacados se encuentran Lamentaciones (1906),Evangélicas (1915), Poesías (1916) y de sus poemas se hicieron especialmente conocidos aquellos Siete Sonetos Medicinales (1907), cuyos versos son recitados entre la gente del pueblo y llegan incluso a quienes no frecuentan en general la poesía.
Un poema a la patria
A la Libertad
–
Como del fondo mismo de los cielos
el sol eterno rutilante se alza,
como el seno turgente de una virgen
al fuego de la vida se dilata:
Así radiosa,
y así gallarda
se levantó del mar donde yacía
la exuberante tierra americana.
el sol eterno rutilante se alza,
como el seno turgente de una virgen
al fuego de la vida se dilata:
Así radiosa,
y así gallarda
se levantó del mar donde yacía
la exuberante tierra americana.
–
Como prende su túnica de raso
con su joya mejor, la soberana,
como entre todas las estrellas reina
el lucero magnífico del alba;
Así pulida,
y así gallarda
sobre todos los pueblos de su estirpe,
resplandor y joyel, ¡surge mi patria!
con su joya mejor, la soberana,
como entre todas las estrellas reina
el lucero magnífico del alba;
Así pulida,
y así gallarda
sobre todos los pueblos de su estirpe,
resplandor y joyel, ¡surge mi patria!
–
Como buscan la luz y el aire libre
las macilentas hierbas subterráneas,
como ruedan tenaces y tranquilas
al anchuroso piélago, las aguas;
Así sedienta,
y así porfiada,
la triste humanidad se precipita
al pie de la bandera azul y blanca.
las macilentas hierbas subterráneas,
como ruedan tenaces y tranquilas
al anchuroso piélago, las aguas;
Así sedienta,
y así porfiada,
la triste humanidad se precipita
al pie de la bandera azul y blanca.
–
¡Allí van congregándose a la sombra,
para formar después una montaña!
¡Allí van adhiriéndose en el tiempo
partícula a partícula las razas!
Allí se funde,
y allí se amasa
el hombre, tal como surgió en la mente
del autor de los orbes y las almas.
Que así pulida,
y así gallarda
sobre todos los pueblos de su estirpe,
resplandor y joyel, ¡surgió mi patria!
para formar después una montaña!
¡Allí van adhiriéndose en el tiempo
partícula a partícula las razas!
Allí se funde,
y allí se amasa
el hombre, tal como surgió en la mente
del autor de los orbes y las almas.
Que así pulida,
y así gallarda
sobre todos los pueblos de su estirpe,
resplandor y joyel, ¡surgió mi patria!
Almafuerte
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